Mandrogui, la Rusia tradicional

Surcando las estepas de Rusia en un crucero fluvial por el Volga, encontrará numerosos lugares en los que sumergirse y sentir lo más tradicional de Rusia. La aldea de Mandrogui es el más pintoresco de esos rincones.

Mandrogui es una pequeña aldea en el río Svir, que une los lagos Onega y Ladoga, los dos más grandes de Europa. Durante la II Guerra Mundial –la Gran Guerra Patriótica para la historiografía rusa-, el pueblecito fue totalmente destruido y no fue hasta 1996 cuando se planteó su reconstrucción como un museo folklórico que representase las tradiciones rusas. Desde entonces, se ha convertido en una parada obligada para los viajeros que navegan por el Volga.

En Mandrogui encontrará casitas de madera, típicas construcciones rurales rusas, que parecen conjugar perfectamente con los frondosos bosques en los que se sitúan. En su interior, podrá descubrir varios talleres de oficios tradicionales que varían desde la agricultura hasta la fabricación de las famosas muñecas matryoskas. En cada una de estas casitas encontrará tiendas artesanas en las que podrá llevarse un recuerdo de su estancia en el país ruso.

Entre los lugares más destacados de Mandrogui se encuentra el Museo del Vodka, que, como no podía ser de otra manera, recoge las tradiciones en la fabricación y el consumo de esta bebida típicamente rusa. En este museo podrá encontrar hasta 2.800 tipos de vodka traídos de todos los rincones del mundo. Además incluye una cata de algunos vodkas rusos.

Los turistas que acuden a Mandrogui no pueden marcharse del pueblo sin degustar una Shashlik, una barbacoa tradicional rusa que consiste en brochetas de carne de ternera, pollo o cerdo marinadas y cocinadas a la parrilla. Una delicia de la gastronomía rusa que bien merece la pena degustar.

En Mandrogui encontrará la esencia más tradicional de Rusia, una visita imprescindible para conocer las raíces del pueblo ruso en su crucero por el Volga.