Nara, Japón, la esencia histórica - Panavisión Tours

Nara, Japón

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Nara, Japón, la esencia histórica

Nara fue capital de Japón en el siglo VIII y conserva muchos edificios de madera de aquella época

En las calles de Nara, Japón, aún se respira el ambiente tradicional de hace más de 1.300 años, cuando la ciudad llegó a ser capital de todo el Imperio. Hoy en día, esta ciudad plagada de templos milenarios, es una de las visitas imprescindibles para los que desean sumergirse en el ambiente más histórico de Japón.

Nara fue capital de Japón desde el 710 hasta el 784. La gran parte de los monumentos de la ciudad están datados en esa época de esplendor. El perfecto ejemplo es el Conjunto de Monumentos Históricos de Nara, reconocido como Patrimonio de la Humanidad, y que consiste en siete templos y un palacio del periodo de Nara como capital del país.

Prácticamente todos los edificios de este conjunto están construidos en madera, y aunque eso permite que haya una armonía entre la naturaleza y las construcciones, lo cierto es que en algunos periodos de la historia se han producido incendios que han afectado seriamente a estos edificios. Aun así, la gran mayoría de ellos se conservan espectacularmente bien y algunos, incluso intactos.

El Templo Todaiji quizás sea el más conocido de este conjunto monumental de Nara, Japón. Su construcción se remonta al 745, como uno de los templos budistas más grandes del mundo en aquella época. De hecho, se especula que la influencia de los budistas en la ciudad, cuyo símbolo es este templo, fue la clave para que la corte se mudase de Nara.

El edificio en sí, de 56x50x50 metros, está considerado el edificio de madera más grande del mundo. Un dato más impresionante aún si tenemos en cuenta que este edificio es una reconstrucción del templo original, que se cree era tres veces más grande. En su interior se guarda una gigantesca estatua de bronce de Buda de 15 metros de altura, la más grande de todo el país. Según la leyenda, en su fabricación colaboraron más de dos millones de personas. ¡Más de la mitad de la población del país, por aquel entonces!

Alrededor del Templo Todaiji se encuentra un encantador parque en el que campan a sus anchas los ciervos. Estos animales se han convertido en todo un símbolo religioso de Nara, Japón. Dentro del templo se venden obleas para alimentar a los animalillos, que se acercan sin ningún miedo a los turistas que les ofrecen la comida, e incluso, los más valientes se dejan acariciar. Los ciervos de Nara están considerados sagrados por los monjes budistas desde hace siglos, así que es probable que se le exija máximo respeto con estos animales.

Otro de los templos más interesantes de Nara es Horyuji. Este santuario, también budista, destaca por sus estructuras de madera, que son las más antiguas del mundo, datadas en el siglo VII. Destaca sobre todo, la pagoda de 32 metros de altura y de clara influencia coreana. También merece la pena ver el kondo, dos edificios que son los más antiguos del templo –y por extensión los más antiguos de madera de todo el mundo-. Aunque gran parte de la estructura ha sido restaurada, sobre todo tras la II Guerra Mundial, se conservan estructuras originales en dependencias reservadas al estudio por parte de los expertos.

Otro de los templos de Nara, Japón, más conocidos es Kôfuku-ji. Se trata de un santuario construido por la esposa del Emperador Tenji. A lo largo de la historia fue ‘trasladado’ de un lugar a otro hasta llegar a Nara, cuando se estableció aquí la capital del imperio. No se pierda la famosa pagoda de 5 pisos, que por su belleza y armonía arquitectónica, se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad.

El templo de Yakushi-ji también fue trasladado a Nara cuando la ciudad consiguió su condición de capital. Se trata de un complejo que ha sufrido graves incendios y posteriores reconstrucciones a lo largo de sus más de 1.300 años de historia. Sin embargo, la Pagoda Este ha sobrevivido sin contratiempos estos percances, siendo la única pieza original. Se trata, por tanto, de un auténtico tesoro arquitectónico.

Nara está plagada de tesoros históricos en forma de edificios, que narran uno de los periodos más tradicionales de Japón. No pierda la oportunidad de descubrir esta joya de Japón. Podrá pasar un día entero en Nara, de templo en templo, descubriendo alguno de los edificios más antiguos que se conservan en Japón y enamorándose de su fascinante historia.